FOTOGRAFÍA PROFESIONAL

Clave baja es una técnica fotográfica basada en la iluminación, donde predominan los tonos oscuros, aunque tengan presencia también el resto de tonos hasta el más claro.

La fotografía: de la luz roja al sensor digital

Durante más de cuarenta años de carrera profesional he tenido la oportunidad de realizar miles de reportajes de todo tipo. Esa experiencia me ha permitido ser testigo — y, en cierta forma, protagonista — de la enorme transformación que ha vivido la fotografía en las últimas décadas. La tecnología avanza a pasos agigantados, y quienes trabajamos en este campo no podemos evitar preguntarnos qué futuro le espera a la fotografía, tanto como expresión artística como profesión.

En los tiempos de las cámaras analógicas, hacer una buena foto requería algo más que apretar un botón. Había que entender la luz, conocer los distintos tipos de película y acertar con la exposición de cada fotograma. Los rollos no eran baratos y los procesos de revelado dejaban poco margen para corregir errores. Ser fotógrafo exigía especialización, práctica y, por supuesto, intuición.

En mi trayectoria utilicé cámaras míticas como la Leica M3 y M4, las Nikon F4 y F100 en 35 mm, así como la Rollei Tipo T, la Hasselblad 500 C/M o la Bronica ETRSi en medio formato. Trabajé con rollos de 35 mm, 120 y 220, y con películas en blanco y negro — Valca, Negra, Ilford, Agfa o la legendaria Tri-X de Kodak—. También con negativos en color —Kodacolor, Vericolor, Fujicolor, Sakura, Konica— y diapositivas como Ektachrome, Fujichrome Velvia, Provia o Agfachrome CT.

Mi primera cámara digital fue una Fujifilm inolvidable, esta cámara Réflex que utilizaba óptica Nikon me abrió las puertas al nuevo mudo digital, con solo 3 megapixeles interpolados era capaz de producir archivos con gran calidad de color y contraste. Después llegaron Olympus, Nikon y, desde hace años, Canon. Desde entonces defiendo con firmeza la fotografía digital frente a quienes añoran lo analógico. Los niveles de calidad actuales no admiten debate: nunca antes fue posible alcanzar este nivel de detalle, fidelidad y posibilidades creativas.

Entiendo, sin embargo, a quienes quieren revivir la emoción del cuarto oscuro: la penumbra de la luz roja, la ampliadora, la magia del revelado en blanco y negro. Yo mismo pasé por esa experiencia en tres etapas diferentes de mi vida: durante mi primer aprendizaje, después en el servicio militar y, más recientemente, en el magnífico laboratorio del Museo del Ferrocarril de Madrid, donde trabajé varios años con todo tipo de negativos, muchos de ellos placas de cristal, en algunos casos con más de un siglo de antigüedad. Esta experiencia me enseñó a respetar esa forma de hacer fotografía, pero también me confirmó que pertenece a otro tiempo. Hoy, en el terreno profesional, el presente y el futuro son digitales. Lo analógico puede ser un refugio artístico, incluso una pasión personal, pero la fotografía como oficio vive en el mundo de los sensores, los algoritmos y la inteligencia artificial. 

Federico Pérez

Fotógrafo

609148693

fperezfranco@gmail.com